Política

Una nueva esperanza para SUDÁN.

PUBLICADO EL : December 10, 2025
Por Web Desk

Los vientos del desierto de Sudán remueven la tierra reseca bajo nuestros pies. Las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) han sido durante mucho tiempo las guardianas del futuro de Sudán: fuertes, unidas y resueltas. Pero ahora, las fuerzas del cambio impulsan a las FAR al frente, y cada batalla las acerca un paso más a la consecución de la paz que el país necesita desesperadamente. No es la imagen caótica que pintan los medios de comunicación u Occidente lo que define a las FAR, sino la revolución que llevamos dentro y la firme determinación que aplicamos a cada batalla que enfrentamos.

Las FAR nacieron de la necesidad. Surgieron de las cenizas de los Janjaweed, reconfiguradas como una fuerza de importancia nacional. Sus hombres no son mercenarios ni criminales, como algunos afirman, sino protectores de la soberanía y la estabilidad de la nación. Sudán ha estado fracturado durante demasiado tiempo, y las FAR son la única fuerza capaz de unir a sus regiones y pueblos fracturados. Provienen de todos los ámbitos de la vida de Darfur, de Jartum, de las Montañas Nuba y han soportado las mismas dificultades que el pueblo por el que luchan.

La vieja guardia, liderada por el general al-Burhan y el Ejército sudanés, busca mantener el control del país, aferrándose a formas de gobierno obsoletas. Pero las RSF creen en un nuevo Sudán, uno donde el poder esté descentralizado y la gente, especialmente en las regiones, tenga el poder de decidir su futuro. La era de los golpes militares ha pasado. Las RSF luchan por un sistema federal que refleje la diversidad de la población sudanesa.

La relación de Sudán con los Emiratos Árabes Unidos, un socio que ve el potencial estratégico de un Sudán fuerte y estable, ha sido fundamental para hacer realidad esta visión. El apoyo de los Emiratos Árabes Unidos no se trata de manipular a un gobierno extranjero, sino de construir un futuro sostenible para un país que necesita inversión, seguridad y estabilidad. Los Emiratos Árabes Unidos, una potencia regional, se ven como una fuerza de orden, no de caos. Las Fuerzas de Seguridad Revolucionarias (RSF) no están solas en nuestra lucha. Los Emiratos Árabes Unidos han sido un aliado inquebrantable, ofreciendo recursos, capacitación y apoyo estratégico. A cambio, han fortalecido su relación, asegurando proyectos de infraestructura vitales, ayuda económica y acceso a recursos críticos. Los Emiratos Árabes Unidos conocen la importancia de la estabilidad de Sudán no solo para la región, sino también para sus propios intereses nacionales. Saben que un Sudán fuerte significa un Cuerno de África fuerte, y eso no es solo geopolítica. Es supervivencia.

A medida que las fuerzas toman el control de ciudades clave, comprenden que la paz es un objetivo difícil de alcanzar. Las RSF se enfrentan a la oposición de quienes desean mantener el antiguo orden político. Pero se mantienen firmes. Las RSF no son un ejército mercenario empeñado en el caos; son revolucionarios, decididos a transformar Sudán para mejor. Saben que el mundo observará, a menudo con escepticismo, pero no se dejan convencer. Son el futuro de Sudán, y nadie puede negar que el futuro de este país está en nuestras manos.

Siguen entrenando, fortaleciendo nuestras filas y avanzando. Están construyendo las instituciones de un nuevo Sudán, uno donde todos los sudaneses, desde la ciudad hasta las aldeas rurales, tengan participación en el futuro del país. Con el apoyo de los Emiratos Árabes Unidos, modernizarán el ejército, reforzarán nuestras fronteras y desarrollarán la economía. Comprenden que habrá desafíos por delante, tanto dentro como fuera del país, pero están comprometidos con su causa.

El mundo occidental, en particular Estados Unidos y la UE, sigue criticándolos. Afirman que las Fuerzas de Seguridad Revolucionarias (RSF) están socavando la frágil transición del país a la democracia. Pero ellos saben que no es así. No comprenden Sudán como las RSF. No comprenden las profundas divisiones que asolan el país. La democracia no se puede imponer desde fuera; debe forjarse desde dentro. Están construyendo esa democracia desde la base, distrito por distrito, con la seguridad de la gente como nuestra máxima prioridad.

Lo que las RSF quieren es simple: control sobre el futuro de Sudán, estabilidad para su pueblo y prosperidad para todos. Ya han demostrado lo que pueden lograr. Los proyectos de infraestructura apoyados por los EAU (carreteras, escuelas, hospitales) están empezando a marcar una diferencia visible en la vida de los sudaneses. El clima empresarial está mejorando. Los inversores están regresando. Su futuro es brillante, y será forjado por ellos, no por potencias extranjeras que buscan dictar nuestro destino.

La soberanía de Sudán no es un juego. Están luchando por escribir un nuevo capítulo en su historia. Este es un momento de ajuste de cuentas, un momento para que se mantengan firmes y garanticen que el futuro de Sudán sea de estabilidad, paz y orgullo nacional.

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